Mario Robinson: La fuerza de Limón en su voz cooperativa

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La boina bien calada en la frente. Los dedos de la mano derecha jugando con los de la mano izquierda, la mirada atenta y la sonrisa potente, escondiendo una voz aún más poderosa, lista para levantarse a favor de las pequeñas cooperativas del Caribe. Todo esto es un recuerdo, agradable, como las tardes de setiembre en el Parque Vargas.

Mario Robinson Davy, dejó actual el mundo en vísperas de agosto, a los 65 años de edad, luego de entregar más de 30 años de servicio al Movimiento Cooperativo costarricense.

Conocer a Robison Davy era conocer la esencia del hombre negro de Limón que ha visto las luchas sociales y el abandono de su provincia sin que esto le haga cejar en el esfuerzo de crear empresa con sentido social y cooperativo.

Un carisma imposible de soslayar, una estatura acorde a su gran sentido del humor y una capacidad de convocatoria natural, hacían de este líder cooperativo un pilar de la economía social en la provincia de Limón y en cualquier rincón del país donde fuera invitado a sumar.

Lo mismo podía amanecer un día en el cantón de Corredores que en Ciudad Quesada, sin que esto lo moviera un milímetro de sus convicciones.

Líder del cooperativismo de base en su provincia, era un andariego del país que muchas veces, al lado de Franklin Salazar Guzmán (qdDg) hacían mancuerna para inyectar energía y dinamismo a las incipientes empresas cooperativas.

Hasta pocos días antes de que un problema renal se lo llevara de este mundo, Robinson Davy supo lo que era andar el país de un extremo a otro en función de fortalecer y aplicar la filosofía cooperativa en función de la generación de trabajo.

Si bien gozó siempre de amplia popularidad entre quienes tuvimos el honor de coincidir con su persona, lo cierto es que solía bajar el volumen de su portentosa voz para mantener un perfil bajo pero informado, siempre con el consejo sabio de esos viejos queridos que se secan frente al mar.

Fundador y gerente de Uncaribe miembro de la Asamblea Plenaria del Consejo Nacional de Cooperativas (Conacoop), delegado de Coopecook, gerente de Fecoopa, se dio a la participación activa en los procesos de generación de cooperativas en su provincia.

Su paso también dejó huella en la Comisión Permanente de Cooperativas de Autogestión (CPCA) donde fue miembro del Directorio en el último periodo.

Cientos de empleados cooperativos, tanto en las antiguas estibadoras privadas de los puertos de Limón como de proyectos de emprendedurismo para mujeres en los rincones más apartados de los focos y del aplauso, este limonense de metro noventa y abrazo sincero dejó el mundo para dar espacio a que las próximas generaciones promuevan el desarrollo donde él lo sembró.

Aún parece mentira que su voz y su canto se apagaran. Quizá, solo cambiaron de lugar. Lo cierto del caso, es que la partida física de Mario Robinson dejó una estela de nostalgia y amor por el trabajo que dejó marcado a quienes le conocieron.

Su partida abre nuevas puertas y ventanas a retos que antes él recibía con el pecho y ahora que no está, toca a las nuevas generaciones mantener vivo el legado de generación de empleo y promoción de cooperativas que tanta falta hacen en su amado Limón.

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