Las dos Costa Rica

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* Por Luis Corella.

Antes de la década de los años cuarenta del siglo pasado, Costa Rica por años había sido gobernada por la oligarquía cafetalera de corte liberal.

Era una Costa Rica muy pobre, con grandes problemas de salud, los hospitales eran centros de caridad y la atención preventiva no existía para las clases más desposeídas, en síntesis, un país muy desigual, sin solidaridad y donde el capital crecía sin que ningún gobierno pusiese controles serios a los grandes intereses y menos invertir en la población más desfavorecida. Además, el analfabetismo era muy alto lo que empeoraba aún más las cosas.

Con la llegada al gobierno de don Rafael Ángel Calderón Guardia, se comienza a abogar por los sectores más desprotegidos del país y se impulsan leyes muy importantes como el Código de Trabajo, que va a regular las relaciones laborales y así no permitir las injusticias que se daban antes de la promulgación de dicha ley.

Igual, fue fundamental la creación de la Caja Costarricense de Seguro Social, para la protección en el tema de salud de toda la población, y de hecho, los resultados en el mediano plazo fueron formidables.

A lo anterior hay que agregar que igual de importante fue la aprobación del Capítulo de Garantías Sociales y la creación de la Universidad de Costa Rica. A partir de ahí y respetando estos logros en la Administración de José Figueres Ferrer, se comenzó a gestar un país solidario, inclusivo y donde se posibilitaba el ascenso social. La Costa Rica de la segunda mitad del siglo pasado fue mucho mejor y así nos vimos con índices privilegiados en América Latina.

Sin embargo, a finales del siglo pasado y en lo que va del Siglo XXI, las cosas comenzaron a cambiar y otra vez, los sectores económicos más poderosos de este país, con una tesis neoliberal han tratado por todos los medios de desmantelar el Estado Social que tanto había costado construir, pues sueñan con volver a aquellas épocas donde los trabajadores no tenían casi protección social y los empresarios si tenían muchas libertades y beneficios.

Pareciera entonces que se quiere volver a la vieja Costa Rica, llena de pobreza y desigualdad, donde la libre empresa pueda hacer lo que les venga en gana, sin aportar casi al bienestar social del país, y sean de nuevo los trabajadores y trabajadoras quienes sin tener condiciones adecuadas carguen con el costo de mantener un Estado que más bien nos oprime.

Que doloroso ver incluso a los partidos políticos que otrora lucharon por un país con mayor justicia social, destrozando los logros anteriores y abogando por un país elitista, entregado a los grandes intereses.

Defender la Costa Rica solidaria es una tarea que nos corresponde a todos los actores sociales de este país.


* Secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Cooperativas (Conacoop).

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