El precio del éxito de las U públicas en Costa Rica y otras opiniones

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El modelo universitario de Costa Rica funciona. Es accesible. Tiene un sistema efectivo de becas. Democratiza el acceso al conocimiento y privilegia a la colectividad.

Si bien es cierto, existen pecados de forma y fondo en el sistema de financiamiento y en la forma en que la academia ha excedido sus privilegios, eso no es suficiente para hacer de recibo observaciones de mercaderes de la educación que buscan hacer clavos de oro con el dinero de las universidades públicas.

Verdaderas minas de oro han resultado algunas universidades privadas que lucran, aunque no lo quieran aceptar, con la necesidad y sueños de crecimiento de miles de jóvenes que sueñan con un futuro mejor.

El acuerdo de distribución de recursos del Fondo Especial de Financiamiento de la Educación Superior (FEES) para el 2022, le otorgó a las universidades públicas un monto de ¢522.800 millones de acuerdo con información dada a conocer por el Consejo Nacional de Rectores (Conare).

Los porcentajes de distribución histórica del FEES para cada universidad son: a la UCR le corresponde un 57,79%, a la UNA un 23,40%, al TEC el 11,30% y a la UNED un 7,51%. En el caso de la UTN, que recién se incorporó al Conare.

Pero siempre hay gente detrás de estos recursos.

Hoy, cuando la política educativa del país se acerca peligrosamente a las arenas donde por años nos han querido llevar los mercaderes de la educación pública, debemos abrir los ojos y darnos cuenta de una realidad que nos grita a la cara que lo que está bien, se deja quieto.

Si el ránkin que motiva estas palabras no mueve al orgullo nacional, no sé qué lo hará. Lo cierto del caso es que medios de comunicación y grupos de interés económico quieren, desde siempre, aprovecharse del modelo solidario y de Estado socialdemócrata en que vivimos, para llevar plata a sus arcas.

Modificar el Fondo Especial para la Educación Superior (FEES) para darle plata, mucha plata a las universidades privadas más importantes del país, no garantiza ni siquiera de lejos, una mejora sustantiva en el acceso a la educación superior y a una mejor calidad de vida para los estudiantes.

Si el modelo actual tiene a nuestras universidades públicas en los mejores lugares calificatorios de la región ¿para qué hacer experimentos en beneficio de las universidades públicas y sus dueños?

Ya está bueno de sacarle punta al lápiz a ver cómo le quitan plata a las universidades públicas. No debemos permitir el desmantelamiento de las universidades públicas en beneficio de un puñado de familias que están penetrando el sistema político. A otro perro con ese hueso.

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