Ni el país está quebrado ni caerá en un default financiero. Con dichas palabras, el economista Leiner Vargas explicó la situación que vive el país en materia económica y fiscal.
En declaraciones a La Voz Cooperativa, el catedrático de la Universidad Nacional (UNA) y especialista en economía institucional explicó que la situación actual que vive el país no es tan caótica como algunos sectores aducen, sino que más bien se deben empezar a realizar ajustes estructurales con la deuda interna, además de una regulación financiera.
Este es un extracto de la entrevista que dio Vargas a este medio.
¿Qué hay detrás del discurso que dice que, si no se venden instituciones, se reduce el Estado o se meten más impuestos, el Estado colapsa?
Tenemos un problema de oferta. El país cerró en un apagón de una serie de sectores productivos. Eso da una situación económica negativa en el 2020, pero hacia finales de ese mismo año, cuando se empieza a reactivar el país, nos damos cuenta que la economía nacional es muy resilente.
No estamos frente a una economía quebrada ni estamos cerca de una quiebra. Algunos dicen que el acuerdo con el FMI y las políticas de ajuste (privatización, venta de activos, reducción de empleo público) pero eso es una vieja y añeja e innecesaria solución. Eso son planteamientos de los años 70 del siglo pasado. Cuando la política está quebrada, puede ser que funcione, pero aplicar esas políticas a Costa Rica y a una economía cerrada es contraproducente.
¿A qué se refiere con economía cerrada? Más bien, Costa Rica vive en una economía abierta y con tratados de libre comercio.
Es cerrada puesto que se cerraron fronteras: dejamos de recibir cerca de tres millones de personas que venían al país, el turismo está de capa caída. Es un problema de la pandemia. No es un problema coyuntural sino estructural.
Cuando se aplican medidas de saneamiento estructural, lo que se está tomando es una medicina muy fuerte. Es cierto, tenemos un déficit, pero una buena parte es financiera (el pago de intereses de la deuda), entonces lo que hay que hacer es readecuar la
deuda interna, las tasas los plazos e inclusive la forma que el Estado organiza las subastas de deuda.
Es necesario prorratear los efectos de la deuda por más años y diluir los daños en el tiempo. A todos, la pandemia nos hizo más pobres, pero no tenemos que pagar en un año las consecuencias.
Pero aun así se mantiene un discurso que si no se venden activos y no se cumple la agenda prometida al FMI, el país cae en default.
Eso es absolutamente falso. Tanto en el discurso como en la realidad económica. La balanza de pagos está en las mejores condiciones, las exportaciones lo demuestran, el esquema financiero está sano, el país no está en bancarrota como dicen algunos y está muy lejos de estar en bancarrota. El país está en una condición sana, la inflación es baja (…) Lo tenemos es un tema de cómo resolver el problema del endeudamiento público y prorratearlo en el tiempo. Se pueden hacer esquemas de financiamiento de la deuda pública interna financiando mil millones de dólares del Banco Central a Hacienda a una tasa del 1.5. También se deberían separar las instituciones públicas de las privadas en las subastas para poder organizar la deuda a largo plazo (…) Hay muchas opciones, pero hay
que cambiar las reglas de la Tesorería Nacional.
Yo creo que estos cuatro años de Gobierno nos han durado muchísimo, pero ya estamos muy cerca de cambiar las autoridades políticas y el país merece actores regulatorios serios en la banca central, Sugef, Conassif que piensen los intereses colectivos y no solo los de unos pocos.
Es decir ¿La coyuntura del Covid está siendo aprovechada por un grupo que pretende desmantelar el Estado Social de Derecho?
Desde el punto de vista político, hay un grupo de interés alrededor del llamado cartel de la ABC (Asociación Bancaria Costarricense) y lo que representa para algunos grupos de alto poder económico. Son banqueros que han usufructuado del poder político en las últimas administraciones y hoy en día controlan a los reguladores del sistema.
Ese grupo usufructúa de una deuda alta, cara y de corto plazo. Tenemos que eliminar y regular ese cartel. En medio de esta pandemia, necesitamos reguladores financieros que propicien la reactivación económica y sanidad en las finanzas públicas. Del mismo modo, más que créditos, se necesita capitalización de las empresas. El Estado puede hacer
esquemas de capital a la pequeña y mediana empresa. En algunos casos, la condonación de deuda. Esta economía necesita reactivación y capitalizar empresas.
Siendo así, ¿por qué estamos caminando al endeudamiento y descapitalización de la economía interna?
Di, tenemos un Gobierno incompetente, autoridades incapaces que nos tienen al borde de una crisis social en donde no hay capacidad para plantearle al FMI ideas innovadoras (…) Hay un grupo articulado al sector financiero, superintendencias, Banco Central y otros que tienen una agenda clara: quebrar al Estado costarricense, apoderarse de instituciones
públicas y destrozar al Estado social de Derecho. A eso están comprometidos actores en la Asamblea Legislativa y del mismo Gobierno.
El poder económico tiene controlado al poder político. Aquí se dice que gobierna el Presidente y sus ministros, pero realmente hay actores financieros que mandan en el país: Grupos empresariales alrededor de empresas como canal 7, Toyota, La Nación (…) No hay que decir lo que está escrito, pero algo hay claro: La agenda del FMI no es la agenda país, sino la de este grupo. Yo no creo en esa agenda.