Oposición, empresarios y sectores sociales señalan poca estrategia e inconsistencia del Gobierno
Aarón Chinchilla. – Han pasado tres años de la administración Alvarado Quesada en medio de una convulsa atmósfera política: tensión entre sectores sociales, polémicas entre los poderes de la República, constante salida de jerarcas y principalmente problemas en comunicación, el cual ha sido uno de los principales yerros de Casa Presidencial.
No es en vano que se asegure esto: A un año del Bicentenario de la Patria y en medio de una de las peores crisis que se ha vivido en la historia del país, la comunicación proveniente de Zapote ha sido difusa, al punto que en esta administración han pasado tres ministros en dicha cartera (Juan Carlos Mendoza, Nancy Marín y Augustín Castro), sumado a las inconsistencias en Hacienda, en donde hubo tres jerarcas (Rocío Aguilar, Rodrigo Chaves y Elian Villegas), tres más en Presidencia (Rodolfo Piza, Víctor Morales Mora, Marcelo Prieto) serios cuestionamientos en Cancillería y salidas recurrentes del Gabinete.
Y mientras el actual ministro de la Presidencia, Marcelo Prieto asegura que las consecuencias sociales y económicas de la pandemia han demandado intensificar el diálogo para construir acuerdos, en la Asamblea Legislativa aseguran que la comunicación ha sido ausente.
“¿Existe don Marcelo? ¿Dónde está? Porque no lo he visto (…) Al Ministro de la Presidencia no lo he visto en la Asamblea Legislativa, no me he reunido con él, desde que asumió”, afirmó la independiente Zoila Volio.
La comunicación y los diálogos del Poder Ejecutivo ha sido complejos: En momentos de crisis, la figura del Presidente ha estado ausente, delegando explicaciones a la ministra de planificación, Pilar Garrido.
Apartado especial cuando terminó gritando a manifestantes que le increpaban en Nicoya, Guanacaste.
El mandatario, tras bambalinas, envía apagafuegos que controlen incendios en las calles, ministerios o en la misma Casa Presidencial.
De forma paralela, el “Gobierno de Unidad Nacional y de puertas abiertas” ha flaqueado en llegar a acuerdos con distintos sectores sociales (Sindicatos, agricultores, taxistas, pescadores).
Manifestaciones de educadores por más de cinco meses, estudiantes tirados a las calles, huelgas de transportistas, empujones y golpes a las afueras de Casa Presidencial y convulsión social evidencia que, ni los llamados a la calma ni las sonrisas del Presidente Alvarado han logrado convencer a sectores cada vez más enervados por políticas excluyentes.
Esto sin contar con temas más polarizantes como norma técnica o matrimonio igualitario, que han llevado al Gobierno a estar entre la espada y la pared entre sectores varios.
“(…) Se va a desarrollar una estrecha conversación con las distintas fuerzas política representadas en las Asamblea Legislativa, porque necesitamos salir de esta pandemia siendo un mejor país, lo cual es el único objetivo del Gobierno de la República. Costa Rica ha demostrado que podemos hacerlo bien de la mano de nuestro talento humano, trabajando juntos y con el profundo amor que tenemos por nuestro país”, asegura Prieto.
A pesar de lo anterior, el Congreso, las cámaras empresariales han criticado la falta de estrategia en comunicación y diversos sectores han protestado, no solamente por las medidas sanitarias sino por las políticas del Gobierno Alvarado.
“La comunicación ha sido pésima. Agustín (Castro) es un ministro de comunicación incomunicado. Ha existido torpeza y prepotencia. El Ejecutivo ha sido miope y han existido contradicciones con todos los sectores. No hay director de orquesta. Se refleja una inestabilidad y zozobra en este Gobierno”, mencionó Erick Rodríguez Steller, diputado independiente.
MÁS CUESTIONAMIENTOS: SIN COMUNICACIÓN, LAS DUDAS CRECEN.
El Presidente Carlos Alvarado y su ministro André Garnier viajaron en un helicóptero “de vacaciones” a Punta Islita, presentan facturas poco fiables y guardan silencio en medio de los cuestionamientos de la prensa. Ni la presión popular, ni el Congreso han hecho que el mandatario se pronuncie sobre el caso.
Con Claudia Dobles como principal abanderada, el Gobierno se empecina en tramitar un tren eléctrico que solo sería funcional en el Gran Área Metropolitana (GAM) Desde la descarbonización hasta los autos eléctricos, el Gobierno se aferra a modificar el sistema de transportes en el país, pero guarda silencio sobre los acuerdos con empresas constructoras, inversiones con sectores económicos y medios de comunicación para impulsar la idea del tren.
Con un sistema de salud deteriorado, la amenaza de la privatización del sistema de seguros y con deudas del Estado que alcanzan a ¢7.8 billones, la Junta Directiva de la Caja y bancos estatales invirtieron más de ₡10 mil millones del Régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) en la empresa La Nación y Subsidiarias, S.A.
No obstante, ni el Presidente Alvarado ni el Ministro Prieto ni algún interlocutor se han referido al tema.
Esto sin contar el caso UPAD, que está siendo investigado por las autoridades judiciales y que, desde el Ejecutivo se asegura que “todo se hizo desde el marco de la legalidad”, a pesar que la Comisión legislativa que analiza el caso apunta a una seria responsabilidad del Presidente Alvarado en el tema.
Lo mismo aconteció con una nueva polémica generada por el Ministro Prieto que aseguró que distintos sectores de la población “parecen autistas”, generando enojo e indignación por su comentario peyorativo hacia las personas con transtorno del espectro autista (TEA).
Contradicciones en medio de una convulsa atmósfera política: tensión entre sectores sociales, polémicas entre los poderes de la República, constante salida de jerarcas y problemas en comunicación han sido la tónica proveniente desde Casa Presidencial.
