Diego Arce.- La oposición amenaza con ocho largos meses de tortuguismo en el Congreso. Amenaza con frenar la agenda de proyectos ligados al crédito del FMI. Amenaza con romper relación con Zapote. Amenaza con traerse al suelo… su propia agenda. Esta es la reacción a menos de 24 horas de anunciado el nombramiento de Ottón Solís como representante de Costa Rica ante la OCDE.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), fue el anhelo de las administraciones Arias, Chinchilla y Solís, que se vino a consolidar bajo el liderazgo de diputados de oposición como el independiente Jonathan Prendas, el socialcristiano Pablo Heriberto Abarca y el verdiblanco Carlos Ricardo Benavides.
Sin embargo, ahora que ya el país se incorporó tras aprobar la legislación necesaria, la elección del representante tico causó a furia de mucho de los políticos y sectores empresariales que aplaudían el ingreso de Costa Rica al grupo multilateral. El solo nombre de Ottón Solís reventó las redes sociales y crispó los ánimos desde la Cámara de Exportadores hasta el despacho vacío por vacaciones de muchos de los opositores.
“El nombramiento de Ottón Solís es una muestra más de la arrogancia pura del Gobierno PAC, que toma decisiones para favorecer a sus amigos. El país necesita una representación que crea en los procesos, y que tenga una visión moderna para maximizar los beneficios de la integración a la OCDE. Lamentablemente el Gobierno perdió la vergüenza”, opinó el jefe del PUSC, Pablo Heriberto Abarca.
Otton Solís por su parte, afirma que sus cuestionamientos a la OCDE se reducen a estos dos: La posibilidad de que los agricultores desplazados por el libre mercado generado dentro de la OCDE sean atendidos por el IMAS Las ventajas que da la OCDE a la banca privada por encima de la estatal.
Por el contrario, retó a que la expresidenta Laura Chinchilla le desmienta en su ánimo a favor del ingreso del país a la OCDE, aún bajo la acusación de neoliberal que ello le generaba de parte de sectores dentro del PAC.
Pero estas manifestaciones del excandidato del PAC, no han cambiado en nada la posición de los opositores, quienes encontraron una buena pira para quemar a Solís en el altar de la incoherencia, sea real o no.
Sin embargo, la agenda del FMI es una agenda que consolida muchos de los planes de las mismas bancadas opositoras por lo que no les hace mucha mella el reventar su propia agenda con tal de quebrarle el brazo al Ejecutivo que, con intención o no, ha abierto la caja de pandora de sus enemigos políticos.
El otro efecto directo será la afectación de nuevos créditos que necesitaba el Gobierno para mejorar las arcas estatales de cara al cierre del último año de esta administración.
En este punto sí se percibe una afectación directa a los planes del Gobierno y a su imagen, pues sin dinero, no hay cacao.