Estado insiste en desproteger a sector arrocero y afecta a cooperativas productoras

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Mientras la tendencia mundial es que los países produzcan alimentos para abastecerse y luego vender sus excedentes, en Costa Rica la tendencia es a facilitar la importación y castigar a los productores.

Un informe publicado por el Semanario la tercera semana de noviembre revela que menos del 10% del arroz del mundo se destina al mercado internacional, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

“Los mercados agrícolas en el mundo, generalmente están protegidos por acciones públicas de la incertidumbre de corto plazo, dado que, en situaciones de crisis, se considera que la alimentación de la población debe garantizarse” explica el informe.

Esta situación afecta directamente a las cooperativas y productoras de arroz a nivel nacional, pues lo descrito en el informe coincide con los resultados obtenidos por el Centro de Investigación en Economía Agrícola y Desarrollo Agroempresarial (CIEDA) de la Universidad de Costa Rica (UCR)  tras analizar la producción y consumo de arroz alrededor del mundo con datos de la FAO.

El estudio determinó que un 40% de los países son soberanos (produce lo necesario para su consumo interno) y un 22% produce aún más de lo que consume (países exportadores) mientras que Costa Rica produce menos de la mitad de su consumo interno y, tras la reducción de aranceles y eliminación del precio mínimo, se proyecta una reducción rápida de ese porcentaje.

Al respecto, el profesor y economista de la Universidad Nacional, Leiner vargas, ha señalado que las medidas del Gobierno son insuficientes para frenar la depresión del sector arrocero.

Recordemos que en Costa Rica funciona un esquema de fijación de ley en los precios de arroz a partir de un análisis entre los ministerios de Economía, Industria y Comercio (MEIC) y Agricultura (MAG), la Corporación Arrocera Nacional (Conarroz) y los industriales (que procesan y empacan el grano que les entregan en granza los productores).

Sin embargo, esta fijación de precios ha sido hondamente criticada por el presidente Rodrigo Chaves, quien implementó la denominada Ruta del Arroz para liberar el precio del producto, aunque esta medida beneficie a los importadores.

Registros de la FAO señalan que desde los años 1990, el país adoptó un modelo de agricultura en el que promueve la inversión hacia rubros más rentables y generadores de empleo, disminuyendo sistemáticamente las exportaciones y aumentando las importaciones.

Por ello se debe importar granos básicos y carne y se disminuye el apoyo a la producción, exceptuando el arroz y los lácteos. A su vez, muchas de las áreas dedicadas al pastoreo
han sido reforestadas o se han convertido en plantaciones forestales exóticas, debido a la baja productividad que tenían bajo ganadería.

La trampa de “La Ruta del Arroz”

A criterio de Vargas, la estrategia denominada “La ruta del arroz”, no se trata sino de un proceso de desmantelamiento arancelario e institucional que transforma el anterior modelo regulatorio del precio y calidades del arroz, basado en una función clásica de costos medios por estrato de la cadena productiva que funcionó por cerca de 30 años y que estaba a cargo de la oficina costarricense del arroz, Conarroz.

A criterio del economista, las medidas de subsidio al sector arrocero propuestos por el Gobierno no serán capaces de reactivar a un sector ya de por sí, deprimido, al tiempo que solo se beneficia a los importadores que empacan el grano.

Todo en base a un supuesto rebajo en los precios que aún no se cristaliza en los ahorros de los compradores de los supermercados.

“Si bien los precios aún no caen a lo esperado por las autoridades del actual Gobierno, ya se observan posibles nubarrones en el escenario del año 2023 y futuro. Es indiscutible que el precio de los alimentos y en particular los cereales como el arroz son altamente volátiles ante posibles cambios del escenario climático, sobreproducción o efectos de naturaleza geopolítica como las guerras”, apunta Vargas.

En adelante, dice Vargas “luego de los decretos de cambio en el funcionamiento del mercado del arroz, los precios se regirán por el mercado, oferta y demanda, teniendo una disminución drástica del arancel de importación de grano pilado que pasó de 35 a 4,5% por ciento y una disminución a 3,5% para la importación de granza.

 

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