Los embajadores de la OCDE destilan en su propuesta un interés privatizador que solo busca trasladar los buenos negocios del Estado a grupos empresariales.
Cuando suponíamos que con la aprobación de la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas (N° 9635), se zanjaba la intención de grabar con más impuestos al Movimiento Cooperativo, recientemente; de la mano de la OCDE, la amenazas vuelven a repicar.
En las cabezas de operadores de grupos de intereses económicos se fragua un coctel que, sin duda, sería nefasto para el millón de cooperativistas que integramos alguna de las 700 organizaciones que estamos activas en el país. ¡Estemos alerta!
Se nos avisa que la amenaza viene recargada y que ahora no solo sería insuficiente que paguemos el impuesto de la renta, sino que, además de pretender un pago doble, se ciernen las intenciones de cerrar instituciones clave como el Infocoop, que redirige a proyectos de reactivación económica el 10% de las ganancias que generan los bancos públicos anualmente.
Los embajadores de la OCDE en nuestro país y de un empresariado fan de estas visiones, destilan en su propuesta un interés privatizador que solo busca trasladar los buenos negocios del Estado a grupos corporativos que, a la postre, podrían incumplir sus obligaciones fiscales, como lamentablemente se ha constatado con triste frecuencia.
Más frustrante es saber que esos intereses ocupan un sitio de privilegio al lado del Presidente de la República.
La regulación del gasto público y la lucha contra la evasión y la elusión fiscal, son caras de una misma moneda. Sería nefasto que el oportunismo la emprenda a codazos contra la mesura y que solo se ponga atención a quienes han encontrado en la pandemia, la excusa para empujar cuanta reforma se les ocurra sin medir sus consecuencias.
Costa Rica sabe que puede contar con el cooperativismo. Nuestro afán está dirigido a empujar el desarrollo desde la base misma de la democracia, no en vano fuimos el acicate en las épocas más oscuras de nuestra historia para despertar la economía adormecida y con hambre de los 80.
Hoy luchamos contra el Covid 19, pero también lo hacemos para recuperar nuestra soberanía alimentaria, nuestra capacidad de generar empleo y nuestra capacidad para generar confianza entre todas las partes.
Los cooperativistas somos parte de la reactivación económica, no de la reconstrucción nacional que podríamos necesitar si la falta de cordura nos lleva al desmantelamiento de las cosas buenas que como país hemos construido en décadas.