*Por Luis Corella.
El viernes 07 de agosto la Asociación Bancaria Costarricense organizó un
conversatorio para analizar el funcionamiento de las cooperativas de ahorro y
crédito y los proyectos de ley que en este momento, con respecto a estas
cooperativas, se discuten en la Asamblea Legislativa y lo hicieron desde su
perspectiva sin tomar en cuenta un representante de dichas cooperativas.
Su principal argumento fue que las cooperativas no tienen la estructura, ni los
controles, y por supuesto la capacidad para agregar a sus operaciones las pymes
o empresas relacionadas con sus asociados, con lo cual se ampliaría su radio de
acción más allá de la atención de su membresía, aduciendo que ya con su base
asociativa tienen suficiente.
También se refirieron a que las cooperativas tienen una serie de incentivos y si se
le agregan más potestades, se estaría prácticamente ante una competencia
desleal hacia a otras organizaciones u operadores financieros del país, por lo cual
no ven con buenos ojos los proyectos de ley señalados en el primer párrafo. Para
ellos lo mejor será que las cosas se queden como están y las cooperativas no
amplíen sus servicios más allá de lo que hacen actualmente.
Si hay un sector que ha demostrado ser eficiente en el sector financiero y con
condiciones mucho más favorables para sus clientes, en este sentido, asociados y
asociadas, han sido las cooperativas de ahorro y crédito, que vinieron en Costa
Rica a resolver las necesidades de crédito de un sector social que en muchos
casos no tenía acceso al financiamiento tradicional, por múltiples razones, pero
especialmente porque no eran rentables para bancos y financieras tradicionales,
las mismas que hoy se quejan de la reciente ley aprobada que limita la usura en
las tasas de interés.
Y claro, a ellos no les interesan las personas que luchan día a
día por hacerle frente a necesidades básicas, y entre ellas, a financiamientos para hacerle frente a la obtención de vivienda y otros.
La verdad es que las cooperativas tienen una excelente estructura de control,
personas adecuadas para dirigirlas y de ese modo, la mayoría han sido muy
exitosas por más de cincuenta años, con sistemas de información adecuados, con
oficiales de cumplimiento, cumpliendo con eficiencia todo lo que le solicita y exige
la SUGEF.
También se refirieron a la urgencia, según alguno de los participantes, que en los
Consejos de Administración de las cooperativas existan personas externas, dizque
para que haya más equilibrio y sabiduría en la toma de decisiones. Igual que lo
anterior, las cooperativas se han preocupado por formar sus cuadros dirigenciales
y esto ha permitido un trabajo ordenado y leal con la cooperativa, especialmente
porque al ser parte de la membresía, conocen con detalle las necesidades y
características de asociados y asociadas.
Se insinúa que las cooperativas tienen mayores privilegios que los otros entes
financieros con cierta mezquindad, cuando la realidad es que su membresía paga
renta, las cooperativas tienen cargas parafiscales por un 25.5% y hacen una gran
labor social.
Al final esto se señaló y no quedó del todo plasmado. Lo cierto es que
como sector cooperativo hay que dejar claro en la opinión pública que si hay entes
financieros que le han hecho un gran beneficio a la ciudadanía han sido las
cooperativas de ahorro y crédito, democratizadoras de la economía y gestoras del
equilibrio financiero, si estas no existieran la situación para una gran parte de la
población sería muy difícil.
Por qué entonces no ampliar dichos servicios financieros a la pequeña y mediana empresa que tanto lo necesita.
* Secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Cooperativas (Conacoop).