Stockman destaca el esfuerzo de la nación por convertirse en un centro clave fuera de Asia para el embalaje y prueba de microchips, desafiando la actual dependencia de Estados Unidos de China para suministros críticos.
En su artículo, la autora señala que más del 40% de los chips utilizados por el Departamento de Defensa de EE. UU. provenientes de proveedores chinos, la movida de Costa Rica hacia el embalaje y prueba de microchips, encabezada por gigantes como Intel desde la década de 1990, presenta una oportunidad única para redefinir las relaciones comerciales en el hemisferio occidental.
La mayor categoría de exportaciones de Costa Rica ha cambiado del café y los plátanos a los dispositivos médicos, marcando un cambio significativo hacia una economía orientada a la tecnología.
El presidente Rodrigo Chaves, en un evento reciente, promocionó incentivos fiscales, reformas regulatorias, y una red con 99% de energía renovable para expandir la industria tecnológica.
La secretaria de Comercio de EE. UU., Gina Raimondo, y otros dignatarios aplaudieron la iniciativa, subrayando la necesidad de aliados cercanos en la reorganización de la cadena de suministro de EE. UU. Este esfuerzo no solo busca reducir la dependencia de China, sino también fortalecer las relaciones dentro de América Latina en un momento de creciente aislacionismo.
Más allá de los beneficios económicos y tecnológicos, esta alianza representa una oportunidad estratégica para reforzar la posición de América Latina en el mercado global y contrarrestar la creciente influencia china en la región. La apuesta de Costa Rica por la innovación tecnológica y la colaboración internacional y dejar a Huawei por fuera del desarrollo del 5G, promete no solo transformar su economía, sino también servir como modelo de desarrollo sostenible y cooperación regional.
La Ley CHIPS y Ciencia de EE. UU., conocida por sus subsidios para la construcción de instalaciones en suelo estadounidense, también extiende su apoyo financiero a aliados como Costa Rica y Panamá. Este enfoque hacia una mayor resiliencia en las cadenas de suministro promete fortalecer la base industrial de América Latina y, a largo plazo, disminuir el número de inmigrantes llegando a EE. UU. por crisis económicas en sus países de origen.
Con la IA y la tecnología avanzada como piedras angulares del futuro económico, Costa Rica y sus vecinos se encuentran en una posición única para definir el rumbo de su desarrollo, enfocándose en la construcción de un futuro sostenible y tecnológicamente avanzado con el apoyo de aliados internacionales.