Día Internacional de la Mujer
”Únicas, peculiares, valientes, guerreras, luchadoras; generadoras de un componente importantísimo en el crecimiento económico y social”.
¿Y cómo iniciar?, sino dando gracias, gracias a la vida, gracias a Dios por habernos hecho únicas, peculiares, valientes, guerreras, luchadoras; generadoras de un componente importantísimo en el crecimiento económico y social de nuestro país. Sumamos a la economía, muchas veces silenciosamente, sin la vitrina mediática encima de nosotras, sin carátulas de revistas con las fotos nuestras.
Hoy en el marco de esta celebración, el Comité Nacional de la Mujer Cooperativista desea dejar muy en claro que no buscamos privilegios, sencillamente luchamos por la igualdad de oportunidades, por tener acceso a espacios en condiciones de igualdad.
No han sido años fáciles, han sido años de labrar camino en una lucha que aún hoy continúa en pro de otorgarle a la mujer cooperativista los mismos derechos que sus pares opuestos en género. Una lucha que claramente no es una lucha victimizante, sino todo lo contrario, una lucha ardua por el otorgamiento de reconocimiento de nuestras capacidades, una lucha por abrir camino en puestos directivos y gerenciales en condiciones que permitan proporcionalidad en los puestos de representación. Y en este campo requerimos una vigorosa actividad de parte de los colectivos de las mujeres cooperativistas, ya que por alguna extraña razón nuestro movimiento es el único movimiento social, político y económico donde la paridad real de representación no es obligatoria, y para hacerlo requerimos una modificación a la ley de asociaciones cooperativas donde esa paridad en los órganos de representación sea obligatoria.
Por otra parte, la cruel pandemia que hemos vivido y que todavía no hemos superado, nos ha heredado un mundo más excluyente, desigual e injusto, donde las mujeres de todo tipo, jóvenes y adultas, del área urbana y del área rural, somos las principales víctimas. Requerimos impulsar la creación de una política pública que permita generar oportunidades para todas y especialmente generar a partir del bello ideal cooperativo la posibilidad de insertar a la mayor cantidad de mujeres hoy desempleadas, subempleadas o simplemente explotadas; en las rutas de la productividad, del desarrollo humano y social, y la inclusión. En ese reto debemos comprometer nuestro esfuerzo, y de manera generosa y desinteresada dedicarnos a abrir las trochas de los caminos que juntas debemos transitar.
Debemos trabajar en capacitación, en formación, en espacios de trabajo compartido y colaborativo, fundados en la búsqueda del bien común y de la satisfacción de las necesidades de la gente, sobre todo porque estamos en presencia de cambios profundos de todas las formas productivas donde lo que antes nos parecía imposible hoy es una realidad.
Debemos pensar en los espacios que hay que construir en armonía con la naturaleza, reconociendo como principio la exigencia de la paz con el ambiente y de la conciliación de los intereses humanos con la Madre Tierra, aceptando que los recursos son agotables y que tenemos que comprometernos con perpetuarlos para que los que no han nacido puedan disfrutarlos.
Debemos coincidir en la construcción de espacios locales y regionales que permitan la creación, desarrollo y fortalecimiento de cooperativas de mujeres que integradas en la agenda común que impulsemos desde el Comité Nacional de la Mujer Cooperativa logren acceso a mejores oportunidades para todas.
Debemos soñar en un futuro que lo hacemos desde hoy, que venza las limitaciones ideológicas la cual viene a poner paredes y que abrace la creación de puentes de solidaridad y entendimiento en pro de una mejor calidad de vida de todos los seres humanos.
Gina Patricia Salas Fonsecar
Presidenta del Comité Nacional de las Mujeres Cooperativistas
